Pestañeo. Me siento. Empienzo a escribir. ¿Por dónde comienzo? Uffff, una nueva lucha contra un papel en blanco. Me dejo llevar. Pestañeo. Pestañeo otra vez. Bostezos. Gran spot aquel de Telecom. ¡Buenos Aires, Argentina. No llores más por mí!. Venga Curro, céntrate. ¿Por dónde iba? Pestañeo de nuevo. Ah, eso. Vetusta Morla. Gran concierto. Quería que fuese en León el primero. Fue… Sí, el viernes 14 de noviembre. En Studio 54. Miro a la tele. Vuelvo a mirar la pantalla. Vetusta Morla. Todo cuadra. Un día en el mundo. 12 canciones impresionantes en un álbum de 12 canciones. Teníamos que haber llegado antes al concierto. Empieza a las 12. Estamos cansados. El viaje... Bueno ¿y qué? Pues eso. Algo así se merece estar una hora antes. Llegamos muy justos de tiempo. Demasiado. Entramos. Menudo antro. Está lleno. Sálvese quien pueda. ¿Dejamos el abrigo? La gente pita para que salgan ya. Joder, que de gente. Pido una copa. Necesitamos cambio para el ropero. La cola de gente nos mira. Ya no hay tiempo. A ver si me miras. Venga, mete rápido los hielos en la copa a éste. Uno, dos, tres, cuatro cubiletes. Ya, ¿no? Y ahora seguro que pide una cerveza. “¡Una cerveza!”. ¡Ves! Lo sabía. Miro hacia el escenario. Todavía no. ¿Han apagado alguna luz? No. Venga. Tenemos tiempo. No salgáis aún. Venimos desde Madrid. Nos lo merecemos. Miro de nuevo a la barra. Venga hija, que eres más lenta poniendo copas… “Por favor, un Ballantines y un Brugal con cola”. Menos mal. Parecía que nunca me iba a atender la tía. No te jode… Miro de nuevo al escenario. Nada. Todavía no. Se me ha quitado el sueño. Me estoy centrando. Miro hacia el ropero. Ya casi nos toca. Quédate ahí cariño. Miro de nuevo a la barra. Por fin. Mis copas. “¿Cuánto es?”. Bueno, podía ser más caro. Cojo las copas. Vamos. ¿A dónde? Por aquí. Allí hay menos gente. Vale. Pisotón. Por ahí no. Ya verás. Barra. Más gente. “Hola Curro”. Hostrás, me suenas. Ah sí. “¡Hola! ¿Qué tal estás?”. Me acuerdo de Sara. En unos meses nos vamos a verla a China. Quizás pasemos por Copenhague. Qué envidia. Si estuviese allí, querría estar aquí. ¿Prefiero esto? Sí. Y mañana a Vegacervera. Allí pescaba Zapatero. Me encanta llegar a Vega por la noche escuchando a Vetusta. Curvas. Más curvas. Al respirar subo de nuevo la ventanilla. Qué frio. Otro pisotón. Hoy estoy torpe. Detrás de la columna no se ve. Vamos hacia allí. Se ve mejor. Desde aquí sí. No, Emma no ve. ¿Dónde entonces? Autocrítica. Mejor allí. Atrás. Miro a la pared para ver el concierto. No es lo mismo. Suenan bien. El sonido no. Qué ambientazo. Pucho parece desde aquí el rey sol. Calma. Bueno, no. Canto. Miro de nuevo a la pared. Vamos a otro sitio. Por allí. Mierda, no veo. ¿Y aquí?. ¡Sí! La mesa de sonido. Delante la marea de gente no para de saltar. Cantamos todos. Me río. Un beso. Otro. Miro de nuevo al escenario. Canto. Puedo volver, callar, forzar la realidad. Puedo doler, arrasar, sentir que no doy más. Puedo escurrir, pasar, fingir que me da igual. Puedo incidir, escapar, partirme y negociar la otra mitad. Me río otra vez. Felicidad. Ha merecido la pena llegar tarde. Otro beso. Grito. ¡Puede ser que mañana esconda mi voz por hacerlo a mí manera. ¡Hay tanto idiota ahí fuera! Palmas. Esto se acaba. Palmas. Son buenos. Palmas. Lástima de sonido. Palmas. Tengo que mirar donde vuelven a tocar. Palmas. Quizás en año nuevo. No sé. Antes está Estambul. Lolololololo. Lalalalalala. Esto se acaba. Sólo queda una chispa de luz. Y es hora de volver a empezar. Palmas. Palmas. Palmas. Pestañeo.Francisco Palma
25 noviembre 2008
http://www.vetustamorla.es